Ya presente "Los Puentes de la Eternidad" y la relación de
los mismos con el concepto de la vida, y uno de los aspectos que dejé en claro, es que los puentes son en sí mismo, un medio y no un punto de partida o de
llegada.
A partir de esta premisa, fui desarrollando la
relación entre este proyecto artístico y su fundamento conceptual basado en la “Hipótesis de una vida mas simple”.
La metáfora que me llevó a pintar puentes
comprendiéndolos como vidas, se gestó en un período de crisis en el cual poco o
nada de lo que me había permitido sostener hasta ese entonces mi vida, parecía
tener sentido. Debía entonces reacomodar la escala de valores según la
nueva realidad.
Encontré por ese entonces un concepto tan simple y elemental que me permitió ver realmente dónde estaba parado y
cuales eran las opciones que tenía por delante. Imaginaba que el momento de la
vida que me tocaba transitar era, salvando las distancias, el similar a cuando se nos quema el asado. Uno puede, y hasta es lógico y
comprensible, fastidiarse con el que le dijo que lo mire y se distrajo, con el
que llego tarde, con el que no le aviso y con uno mismo por no haberse dado
cuenta. Incluso, según el carácter puede ser que pase del fastidio al enojo y
del grito a romper un plato, pero una vez que termine de descargar toda su
frustración e ira, solo le quedaran dos opciones: comérselo quemado o hacerlo
de vuelta.
Parado ante esta disyuntiva, no dude ni un instante que esta última era mi opción.
Así entonces comencé de nuevo y una de las principales
sensaciones fue que la vida resultaba ser mucho mas efímera de lo que la había
comprendido hasta ese momento.
Hoy estamos pero mañana no sabemos. Vaya descubrimiento. Pero
no es ese el fondo, sino la comprensión de la diferencia abismal que existe
entre el "saber" o el "sentir" algo, ya que mientras el saber algo proviene de la
razón, el sentirlo se gesta en la intuición.
Pocas verdades pueden presentarse como absolutas y
reales, y una de ellas es el hecho de que nadie sabe
fehacientemente de dónde venimos, a dónde vamos, ni que circunstancias tendremos que afrontar, y por
lo tanto esto nos habilita a pensar que cualquier hipótesis desarrollada respecto
a la vida, puede ser tan cierta como falsa.
También es cierto, como ya dije en la entrada anterior, que el hombre necesita por su
naturaleza encontrarle un sentido a la vida, y ante esta circunstancia quedan
dos caminos posibles a seguir: adherir a algunas de las hipótesis que se
constituyen a través de las formas de las culturas, las sociedades y/o las
religiones, o crearse uno mismo la suya, ya sea tomando parte de otras o
gestándolas a partir de sus propios criterios.
Sin determinar que una sea más acertada que la otra, mi
decisión fue seguir mi propio camino, con mucho más sustento en el sentir que
en la razón, y así fue naciendo la “Hipótesis de una vida mas simple”, desde la
reinterpretación de las escalas de valores, de lo que es para mi importante y de lo que no lo es, de lo que me hace bien y de lo que me hace mal, y por sobretodo de
la reformulación de los objetivos y metas.
La mayor particularidad que tiene
esta instancia, en la cual uno elige que sentido le da a su vida, es que si
sinceramente nace de su interior y no está influenciado por modelos pre
establecidos, los actos dejan de ser condicionados por pautas, y estas, se convierten en consecuencia de nuestro natural proceder.
La primera diferencia que surge de esto es que uno
es más auténtico y por lo tanto lo que expresa en palabras tiene sustento en su
accionar diario.
Los elementos concretos que constituyen la "Hipótesis de
una vida mas simple" los iré desarrollando en sucesivas entradas, pero su
esencia radica en comprender la vida en un su verdadera dimensión. Si no tenemos un conocimiento fehaciente, como dije anteriormente respecto a su sentido y a sus circunstancias, y a su vez hablamos
de una eternidad y de la infinitud del universo,
queda en claro que el tiempo en el cual transcurre una vida, sean 5, 20, 50 o 90 años, no representa nada frente a estos conceptos.
¿Entonces que nos lleva a suponer que la vida puede llegar a tener un sentido trascendente?
¿Entonces que nos lleva a suponer que la vida puede llegar a tener un sentido trascendente?
Tal vez en parte por esto, empece a imaginar una vida más
simple, que la que nos impone las pautas culturales y religiosas. Una
vida en la cual el principal objetivo sea descubrir dentro nuestro para que está cada uno aquí, qué es lo que nos mueve, a qué estamos llamados, y entonces centrarme en dar "lo mejor de mí" dejando de lado la presión por alcanzar lo que "se espera de mi".
Todas
las culturas nos crean de una u otra forma imposiciones y metas, alejándonos de
la intensidad de las vivencias presentes, y sus pautas nos consumen un alto
porcentaje de energía destinada al cumplimiento de formas que poco tienen que
ver con nuestra esencia. Descubrirnos es seguramente una de las cosas más importantes que puede pasarnos en la vida, por que a partir de este autoconocimiento será mas factible vivir con menos presiones y poder dar y recibir lo mejor que tenemos.
Cada uno tiene un puente diferente por recorrer en esta vida, si aprendemos reconocerlo y comprenderlo podremos de alguna manera lograr hacer de la vida una obra de arte, a partir de permitirnos expresar la simpleza del alma y no la complejidad de la razón.
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