El tiempo es una de la variables
más inciertas que tiene el hombre.
Es algo que escapa a nuestro
control, pero tal vez, si comprendemos su esencia podremos llegar a sacarle un mejor provecho.
Demás está decir que la expresión latina "carpe diem" que significa "toma el día", es a mi entender, la que mejor comprende este concepto.
Al respecto, Steve Jobs dijo en alguna oportunidad, "vive cada día como si fuera el último, y un día tendrás la razón".
Demás está decir que la expresión latina "carpe diem" que significa "toma el día", es a mi entender, la que mejor comprende este concepto.
Al respecto, Steve Jobs dijo en alguna oportunidad, "vive cada día como si fuera el último, y un día tendrás la razón".
Concretamente, creo que todo esta
contenido en el presente, es decir, que en lo que cada uno de nosotros esta viviendo en este momento, se encuentra tanto el pasado, como el futuro, y por lo tanto si sabemos aprovechar la seguridad que nos brinda la experiencia y el impulso de la ilusión, le daremos a cada instante una profunda intensidad.
Mientras el pasado está expresado a través de todas las vivencias que tuvimos hasta hoy, es decir, aciertos y errores, certezas y temores, convicciones y dudas, éxitos y frustraciones, y que se encuentran en nosotros de manera consciente o
inconsciente, el futuro, por su parte, ocupa un espacio a través de las expectativas, ideales y proyectos que nos marcan el rumbo a seguir.
Es así como al comenzar cada
día, al tener que enfrentar cada situación, al tomar una decisión, al conocer o
conversar con alguien, o simplemente en nuestra manera de actuar, habrán
aspectos de lo ya vivido y de lo que esperamos lograr que condicionarán
nuestros actos.
Si bien es muy común escuchar
que solo podemos actuar hoy, y que nada podemos hacerlo ayer o
mañana, la compresión de la presencia del pasado y el futuro en nuestro
presente nos permite orientar mejor nuestras acciones.
Sabemos que no podemos cambiar
el pasado porque ya quedo atrás, pero si procesamos de manera acertada sus vivencias, podremos potencializar nuestros
logros y virturdes y minimizar nuestros errores y defectos.
Sabemos que no podemos asegurar nada del futuro porque este es completamente incierto, pero si reconocemos nuestras ilusiones podremos fijar metas que nos marquen el camino a seguir y nos den el impulso necesario para ir en su búsqueda.
En síntesis, la idea sería que podamos tomar todo lo que está a nuestro alcance, sin por eso quedar presos de nuestro pasado, porque podría hacernos perder la intensidad del hoy, ni hipotecar el presente en pos del futuro,
porque este podría no llegar.Entonces, si convenimos en la importancia del presente, intentemos ser nosotros los responsables del mismos, priorizando nuestras vivencias por sobre las de los demás y basando en nuestras ilusiones las decisiones a tomar.
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